Office Grudge

Office Grudge es un entretenido videojuego de estrategia con algunos elementos vistos en los 'tower defense' en el que los jugadores podremos controlar a los trabajadores de una empresa abusiva o al horrible jefe de la empresa. En función de la modalidad de juego que escojamos, nuestra misión será encerrarnos en nuestra oficina y blindar la puerta para que el jefe no pueda entrar, o bien tratar por todos los medios de entrar a uno de los cubículos de la oficina para destruir a nuestros trabajadores.

Si optamos por el modo trabajador, el sistema de juego de Office Grudge es el siguiente: al empezar la partida, contaremos con treinta segundos para encontrar una oficina libre y correr hacia el escritorio. Luego, tendremos que ir añadiendo mejoras a la oficina que nos garantizarán que pasaremos la jornada a salvo. Una vez tengamos nuestra habitación, tocará fortalecer la puerta y proteger la habitación para dificultar el acceso al jefe. Así, tendremos que ir invirtiendo dinero (generado en nuestras horas de trabajo) para ir subiendo de nivel la resistencia de la puerta e ir instalando torretas que atacarán al jefe cuando se acerque a nuestra puerta. Además, en la parte inferior de la pantalla, nos irán apareciendo logros que debemos intentar conseguir para obtener un extra de dinero, y que normalmente también nos ayudarán a ser más eficientes en la protección del cubículo. Una vez haya pasado la jornada y el jefe deje de acosar a los trabajadores, tocará empezar con una nueva habitación.

En el caso de optar por el modo jefe, el sistema será más sencillo, y quizás también más aburrido: primero tendremos que esperar 30 segundos a que los trabajadores busquen un lugar en el que refugiarse, y luego tendremos que ir despacho por despacho tratando de entrar. Cuanto antes lleguemos al despacho, menos tiempo habrá tenido el trabajador de blindar su puerta y más fácil será entrar.

Office Grudge es un juego muy original y divertido en el que los jugadores podremos dedicarnos a destruir al empresa desde dentro controlando a los trabajadores, o volvernos locos como el jefe horrible de la empresa.